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5 tips para evitar criar niños inseguros
La mayoría de los niños son extrovertidos, alegres, espontáneos y sociales, pero existen casos en que los pequeños, por una cuestión de personalidad o de ambiente familiar, son más introvertidos, cautelosos y no muestran interés por pasar tiempo con otros de su edad.
Estas señales pueden ser una manifestación de baja autoestima o de que los sobreprotegemos demasiado, pero como padres debemos enseñarles a no depender tanto de nosotros o de lo que podemos pensar de ellos si se equivocan. Son niños y no tienen que tener miedo a vivir sin instrucciones.
Según la psicología infantil, la autoestima es lo que impulsará al pequeño a establecer objetivos propios y a cumplirlos, porque se comprobó que un niño que se valora a sí mismo actúa con responsabilidad, está más motivado a aprender y tiene mayor tolerancia al momento de que las cosas salen mal.
Afortunadamente, los padres podemos ayudar a aumentar esta confianza, mejorando la comunicación y generando vínculos afectivos más fuertes para que establezca una mejor imagen de sí mismo.
Detectar el problema:
Es importante reconocer los principales indicadores de un niño inseguro como: temor a equivocarse, poca motivación para convivir con otros, falta de atención, sensible a las críticas, tiende a descalificarse, es muy tímido o ruidoso y conflictivo.
Vigilar su mundo emocional:
En lo primero que hay que enfocarse es en sus sentimientos y qué los provoca. Seguramente son niños que se sienten constantemente agredidos y criticados, por lo que hay que buscarles ambientes en los que se sientan reconocidos, tanto con sus pares como con la familia. Talleres de arte donde lo importante es que se exprese, no hacer algo bien o mal, grupos de lectura, juegos de roles donde cree sus propios personajes y otras actividades en las que puedan ser ellos mismos sin sentir que el mundo se les viene encima si no hacen algo como se supone que deberían.
Darles responsabilidades y pedir su ayuda:
Todo niño debe entender que su presencia en el hogar es valorada y una forma de hacerlo es otorgarle pequeñas tareas como sacar la basura, ayudar a poder el césped o juntar las hojas secas. Asignarles ciertas encomiendas es un voto de confianza que los ayudará a ver que creemos en ellos y sus capacidades.
Reconocer sus logros:
Es muy importante mostrarse impresionado ante ciertas conductas porque ellos buscan constantemente nuestra aprobación. Además, hay que conceder mayor importancia al esfuerzo que hace que al resultado final. Se valora el mantener una voluntad constante hasta el final y no el éxito. Esto hará que se sienta motivado a emprender nuevos retos, sin temor al fracaso.
Controlar no es educar:
Los padres que pretenden que sus hijos acaten sus órdenes sin una mínima explicación les están quitando el derecho a entender y a aprender. La dominación mata la autoestima e impiden que el niño actúe bajo sus propias motivaciones. Hay que evitar que crezcan con un sentimiento de imitación o incomprensión. Tampoco hay que dejar que las propias frustraciones pasen a ellos, porque sino se les enseña que solo lo que uno dice y hace está bien y que el resto está mal, pero sin necesariamente que él entienda por qué esto es así, lo que lo llevará a vivir pensando “¿Qué haría mi papá en esta situación?” en vez de pensar “¿Cómo puedo resolver esta situación?”.